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jueves, septiembre 30, 2004

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viernes, septiembre 17, 2004

Antología de "ex..." 

"Tan sólo quiero que mi voz te desespere y te robe la razón y llorando te abraces a tus miedos, corazón. Espero el día, 'muñequita linda', en que tu herida sea tan fuerte que bañándote en recuerdos, sólo te bese el alcohol. Y verás tu linda cara frente al espejo demacrada y el dolor será tu amor masturbando tu mirada. Tan sólo queiro verte llorar, he mandado a la muerte a buscar, tan sólo queiro oírte gritar, en el infierno te he de encontrar. Tan sólo quiero que tu alma no vuelva a ver la luz del sol, que llores sangre y miedo y que pagues, corazón. Intentaré pisar tu orgullo tantas veces como pueda hasta que mi odio te parezca aire para respirar.
Con un simple anillo te desposo hasta que tu muerte nos separe, es tan fina la barrera entre el odio y el amor. Lamerás tu cuerpo desnudo con ginebra en un portal mendigando un poco de amor, las ratas te acariciarán..."

Canción, poema, texto, de autor conocido, anónimo, no lo sé... Simplemente, palabras dedicadas a aLdY la primera vez que fue "EX".


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domingo, septiembre 12, 2004

Bang, bang... 

Locura, irracionalidad. Sí, eso de hacer bollitos con cualquier cosa, o empezar a aplaudir porque sí y después querer llorar y gritar y terminar dejando una mancha de sangre en la pared.

Ana ama saber lo que los demás piensan. Simplemente, está segura que las personas (las demás mujeres son personas también?) que la rodean sienten, deciden, hacen y deshacen como ella lo supone. Sumemos a esto que es de las mujeres que inspiran confianza por su responsabilidad, esa suerte de persona perfecta idealizada. Ana no fuma, no bebe, no se babea cuando duerme, no caga con olor, no odia, no envidia. A veces ella misma se tiene pena, pero los demás la aman. Y ella aprovecha. Llamémoslo defecto, ambición, como gusten... Lo cierto es que Ana, un día, decide jugar. Pero nada de cosas simples... a nuestra protagonista le atraen los juegos crueles, sensuales, tristes, peligrosos, los juegos con hombres. Juzga que son los únicos que verdaderamente pueden disfrutarse, y en los que las reglas cambian. Constantemente.
Ana, sé dulce. Ana seduce. Ana se luce. Ana luces tan... Me consta que sabía bien lo que iba a hacer. Sí, sí, a mi no me vengan con barrafutadas. Cuando uno se levanta y mira los arbolitos de siempre por la ventana y nota que hay viento y entonces sale sin bufanda y no omite el protocolo de partida (espejo, mirada seductora, guiño guiño, perfume, llaves y portazo), es porque ya sabe lo que va a suceder. Iba a quedarse sin voz, y eso no iba a permitirle gritar. Lo mismo daba, no le importó. Entonces, fue a buscar a ese ser masculino que tantas miradas le había dirigido.
Y total, nadie iba a poder culparla. Cuando un encuentro casual pero no tan casual se convierte en desacuerdo, las consecuencias pueden no calcularse o estar demasiado calculadas. De repente, y con la situación bajo SU poco negociado control, le hizo vivir nuevamente esa escena que habían pasado hace algunos años...Vení acá. Salí. Subí, bajá. Sentíme. Mm.. cómo que no querés? A mí? Me estás despreciando? ¿Qué pasa? ¿No te motivo? Bueno, lástima. Qué pena. Lastima. Entonces, te voy a tener que hacer desaparecer. No vamos a poder divertirnos. Ni jugar. Ni salvar. Te. ¿Querés eso o me querés a mí? Ah, ya me parecía. Dale, parate, amor. Y tené paciencia que tengo que acabar. Vamos, eh, vamos... Vos te portás bien y este revolver no te vuela la cabeza.

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viernes, septiembre 10, 2004

Me parece... 

Es extraño cuando el nivel de entendimiento con alguien es indirectamente proporcional a la cantidad de tiempo de conocimiento.

O no?



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jueves, septiembre 02, 2004

Happy olvido to you 

Voy a poder no preferirte porque yo puedo todo. Voy a despegarte de mis días como cuando me saco las cascaritas de la rodilla. Ay, eso duele a veces. Bah, a mí no me vas a doler, qué te pensás, insolente. Voy a arrancar una flor y te la voy a regalar muerta. Vas a pasar por mi casa y te voy a tirar con una bicicleta. Oh, rayos. O con un jugo. Tang! Y después, no me voy a reir más de tus chistes. Y no voy a cantarte más pedacitos de lentos en inglés al oído. Vas a tener que encontrar alguien que te cele, que te busque, que te mire mientras regalás besos por ahí. Ah, sí, sí. Basta de cháchara, acá se acabó lo que se daba. Lo que te daba. Lo que me dabas. Sí, eso, entendiste bien, que no me vas a dar más. Tres, dos, uno, etapa de olvido comenzada. Sólo me falta creérmelo.
You can leave your hat, your shirt, your trousers, your shoes and your pink and broken slips on...

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