<$BlogRSDUrl$>

jueves, enero 26, 2006

La mujer que ruega 

Ella rogaba. En cualquier encuentro casual - porque sólo tenía encuentros casuales - rogaba. Si no lograba hacerlo durante las cinco o seis horas que duraba la magia, se veía obligada a rogarle que no se fuera. "Dale, quedate, por favor. No me dejes acá, sabés que muero por un ratito más". A veces incluía algún gesto sensual, que a esa hora y en esa circunstancia lo único que provocaba era la huida más veloz del elegido nocturno. Habitualmente terminaba a las nueve de la mañana, y entonces se dormía intranquila pero un poco más tranquila que apenas comenzada la noche. Pequeñas diferencias que habilitan la costumbre. "Diversión", explica ella. Tristeza, digo yo.

|

miércoles, enero 18, 2006

Sobre esa sensación de 

Y entonces cuando me hablan no quiero que se note que ya me perdí, que estoy pensando en otra cosa. Mirar fijo y decir “ajá” no funciona si son zurdos, porque perciben ese segundo en el que se movieron las pupilas y uno continúa escuchando apenas por cortesía. Es descentrarse, volverse consciente de la situación como si se estuviera mirando a través de un vidrio y pensar que tengo que continuar en mi rol, sin que el otro descubra mi preocupación. Estamos acá, vos hablando y yo escuchándote y quizás esperes que no sonría porque estás serio, pero me parece que yo ya estoy afuera de nuestra situación y me siento tan poco interesante… Listo, sonreí. No pude aguantar más.

|

viernes, enero 13, 2006

Lucía 

Se cortó. Estábamos abrazándonos a distancia y gritando emocionadas como solemos hacer las chicas y se cortó. Las ganas que tengo de mirarle la panza son indescriptibles, ganas dinosaurísticas. Ella vive y viven dentro de ella y yo acá, lejos, que no puedo terminar de entenderlo. Hace poco tiempo la abracé, nos emborrachamos para recordar esos días y sin saberlo abrazaba a dos personas.
Cómo te quiero, eh.

|

This page is powered by Blogger. Isn't yours?


clasimexico clasiar
  • desde el 9/11/08