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miércoles, septiembre 28, 2005

Justo así 

Un día terminó el pancho y empezó a comerse las uñas, siguió con el dedo, los brazos. Mastica mastica destruye destruye hombros, abdomen, piernas, rodillas, muslo (mmm tierno). Treinta y tres mordidas porque es carne y hace mal si no.
Masticándose resulta más fácil estar a gusto dentro de uno. Gusto a vacío. Justo, vacío.

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domingo, septiembre 25, 2005

Me transformé en juguete 

Sin repetir y sin soplar: excusas basadas en la distancia.

Tres, dos, uno... YA.

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jueves, septiembre 22, 2005

Vomitando-te 

Si lloro que no te moleste; estoy secándote, sacándote y sacando té de mi vida.
Voy a exprimirme de vos, a vomitar todos tus besos, a salpicar con aceite tus cartas y después a reírme tan fuerte como si alguien me hiciera cosquillas en mis pies, tan horribles pies.
En el mismo orden de cosas, quería dejar claro lo (poco) importante que fuiste en mi vida; así que agarré tus letras negras y les pasé pintura blanca encima.

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lunes, septiembre 19, 2005

Acá va el título 

Cuando me desperté tenía otra perspectiva del mundo. Alguien me había desacomodado los ojos, dejándolos arriba de la mesita de luz. Para que no se perdieran los guardé en el bolsillo. Es difícil moverse sin ojos, pero lo resolví enseguida. Mis manos abrieron las dos bolitas viscosas y empezaron a hacer malabares.
Al final me fui a dormir mareada.

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martes, septiembre 13, 2005

Truco y te cantó a vos. 

Los seres humanos, ¿somos más iguales que distintos o más distintos que iguales?

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viernes, septiembre 09, 2005

Apuntes de un sueño 

Tengo una hermana y una relación simbiótica. Somos gemelas, pero ella es rubia y yo morocha. Caminamos por el borde de una pileta de natación enorme, que casi parece un mar (casi). Me tiro de cabeza, buceo y llego al fondo, donde veo manos por todos lados que me señalan una rejilla. Tengo miedo, pero me acerco igual. Toco la rejilla y siento electricidad, la veo transformarse en luz blanca cada vez que acerco mi mano. Se puede traspasar. Quiero ver qué hay del otro lado. Mano, brazo, hombro, torso, toda yo de ese otro lado. Mi cuerpo sale por otra rejilla y se encuentra en otra pileta. De repente necesito aire, me acordé que estoy abajo del agua. Nado hacia arriba, busco respirar. Salgo y me descubro en otra pileta más grande en el medio de un océano, y una máscara roja que me habla, me ordena no tocar el agua del océano que rodea la piscina. Llega mi hermana gemela por la misma rejilla que yo. Ella también escucha la orden de la máscara, pero ve una isla a unos metros y personas que la saludan y la tientan a cruzar. Se tira. En ese momento, el agua se vuelve negra y ella desaparece. La máscara roja se ríe con maldad y yo lloro y siento angustia. Cierro los ojos y cuando los abro veo el cuerpo de mi hermana flotando boca abajo en el medio de la pileta de donde salimos. Quiero tocarla, me tiro. Pero abajo del agua me olvido del cuerpo, veo la rejilla e intento volver al mundo de antes. Otra vez la luz blanca. Pasa mi mano del otro lado, la sigue todo mi cuerpo. Y cuando salgo al lugar enorme del principio, me encuentro con mucha gente alrededor que me seca la cara y me dice que no llore más.

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